Equidad de género, la importancia de adoptar buenas prácticas en las organizaciones.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) conforma un conjunto de programas, políticas y estrategias que las empresas adoptan a fin de beneficiar a sus empleados, sus comunidades y el entorno social en general. Los principios y valores de la RSE están vinculados con la ética de los negocios y la transparencia en la relación con consumidores y consumidoras, además de interés en la consecución de impactos ambientales y sociales no dañinos en la comunidad. Si bien la igualdad y la equidad de género no son preocupaciones primordiales en la RSE, el enfoque ha sido útil a fin de incentivar a las empresas a mejorar el desarrollo social y reducir las desigualdades a partir de sus propias prácticas y sistemas de gestión y, así, no desligar los negocios de sus impactos sociales y humanos.

Pensar un Sistema de Gestión de Equidad de Género (SGEG) consiste en un conjunto de procedimientos y prácticas de gestión organizacional cuyo fin es transformar el manejo de los recursos humanos y los procesos organizacionales, para garantizar un mayor grado de igualdad de oportunidades, de trato y de resultados entre trabajadores y trabajadoras. Su objetivo central es reducir las brechas de género en las empresas, mediante la implementación de un amplio abanico de medidas de igualdad de oportunidades, de acciones afirmativas y de transversalización de género. Estos sistemas procuran que toda la estrategia empresarial de manejo de personal esté guiada por el criterio de igualdad de género en forma integral y que las acciones no sean esfuerzos aislados. 

Para el sistema de gestión, agregar el enfoque de género implica medidas integradas y comprensivas para cambiar la estructura y la cultura organizacional, creando condiciones más justas y dignas para trabajadores y trabajadoras. Una estrategia empresarial que incorpore la igualdad de género es posible en la medida en que la misma sea entendida como parte integral de un “buen negocio”.

Al comprometerse con la aplicación de un sistema de esta naturaleza, las empresas introducen medidas orientadas a:

a) remover la discriminación institucionalizada, directa e indirecta, que coloca a trabajadoras y trabajadores en lugares de desventaja

b) compensar a los grupos más vulnerables dentro de la empresa

c) garantizar criterios más equitativos para la valoración de las tareas que destierren criterios androcéntricos, es decir, criterios que toman como modelo ideal al trabajador masculino desprendido de responsabilidades de cuidado.